lunes, 31 de mayo de 2010

Contar otra historia que le sucedió al cartero en el barrio de flores

Un mediodía cualquiera Agustin Iniesta estaba repartiendo cartas cuando de pronto le llego una dirección de una casa que no tenia puerta ni ventanas pero tenia un agujero gigante y el timbre era una pelota de tenis, lo tocó con su maletín y le apareció un perro en dos patas y ¡muy bien vestido!.

Tomás Cordera y Lautaro Morales.

5º A

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